El periodismo del siglo XIX, como una forma de masificar las voces intelectuales de la época, jugó un rol importante en, tanto en la política y la literatura. Es aquí donde vemos que hay una profusión realmente notable de producción periodística, no sólo en Lima, sino, en diferentes ciudades que jugaron un rol importante en la transmisión de información de lo acontecido, como las batallas de la confederación Perú Boliviana y la guerra del pacífico, medios como: El Sol del Cuzco, el indígena en Ayacucho, La primavera en Arequipa, todos semanarios que tuvo como impulsadores a intelectuales, clérigos y funcionarios del estado.
Luego, entre 1912 y 1915 se gestó, mediante la protesta, un nuevo discurso revolucionario. Por primera vez revolucionarios, portadores de teorías universalistas de origen europeo, recurrieron a la memoria colectiva indígena, adaptándolas a lo que percibían como la realidad andina en todas sus dimensiones (objetivas y subjetivas), modificando por medio de ella sus conceptos y premisas, creando con ello una nueva utopía andina que más adelante crearán corrientes indigenistas que revaloraban la cultura de la época.
En décadas recientes el periodismo contestatario emerge de experiencias del autoritarismo o semi-autoritarismo instalados en la republica del Perú. Se destaca el concepto de “Sociedad Civil” como un renovado referente ideológico al constituirse en vehículo discursivo de un evidente cambio de pensamiento entre lo social y el estado. Ahora vemos como los medios se alinean con su figura política, tanto con convicción o interés, pero que se vivió en la republica como voz de las masas para apoyar o destruir a personajes, líderes de opinión y caudillos.
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